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Ahora sí, vamos al artículo!
Indice:
Capítulo 7: La Argentinidad: Pasión y fe
Capítulo 1: Milei, omnipresente en los medios:
La estrategia de ser ineludible
Déjame contarte algo que quizás te haga fruncir el ceño o, quien sabe,
asentir con una media sonrisa de complicidad: Resulta que Javier Milei, ese
economista que se convierte en el centro de cualquier conversación, ya sea
en la mesa de un bar o en la sobremesa familiar, fue el rey indiscutible de los
medios en 2018.
¿Cómo así? Bueno, según los círculos de comunicación, el
hombre se despachó con 235 entrevistas en radio y TV, sumando un total de
53.8 horas en el aire.
¿Te lo puedes creer? Yo tampoco sé si lanzarme de
cabeza a verificar cada una de esas apariciones, pero ahí está el dato,
flotando en el aire.
Ahora, ¿es esto un cuento chino o la pura realidad? Francamente, eso es lo
de menos. Lo que verdaderamente importa es que la idea no suena
descabellada.
Piénsalo: afirmar que Milei es el personaje político que más ha
llenado minutos en la pantalla no es algo que se sienta forzado. No sabría
decirte con precisión cuántos minutos, pero seguro que han sido muchos.
¿El porqué de esta omnipresencia mediática? Simple y llanamente porque
captura tu atención. En este juego, si algo te llega gratis, es porque tú, con tu
atención, eres la moneda de cambio.
Y puede sonar a cliché, pero este detalle es crucial, especialmente cuando
se analiza el fenómeno Milei bajo la lupa del marketing. Muchos piensan que
Milei se convirtió en Milei por los adolescentes que lo descubrieron en TikTok.
Pero no, amigos, la historia de Milei como fenómeno mediático comienza
mucho antes, en 2018, conquistando a la audiencia adulta que todavía se
sienta frente al televisor.
Así que, ahí lo tienes, el primer gran pilar de su estrategia de marketing: ser
un rostro imposible de ignorar desde 2018.
Capítulo 2: El Arquetipo Rebelde: Una Jugada Inesperada en el
Marketing de Milei
Hay algo que me fascina enormemente del enfoque de marketing de Milei:
cómo ha adoptado un arquetipo de marca que usualmente asociamos con la
izquierda: el rebelde.
Pero espera un momento, ¿qué son exactamente estos arquetipos? Bueno,
digamos que nuestro cerebro es un maestro en fabricar estereotipos a partir
de mínimos datos, ya sea basándose en experiencias previas o en las
normas culturales que nos rodean.
En esencia, los arquetipos son esa pequeña grieta en la Matrix que los especialistas en marketing aprovechamos para vender ideas que parecen completamente plausibles
gracias a estos estereotipos.
Los arquetipos se utilizan tanto en la construcción de marcas comerciales
como en la personal. Por ejemplo, tenemos a Rolex como el gobernante, a
Dior como la seductora, o a Jeep como el aventurero en el ámbito comercial.
En cuanto a las marcas personales, podemos mencionar a David Muñoz
como el rebelde, a Steve Jobs como el creador, o a Bukele como el
gobernante.
Pero Milei ha abrazado un arquetipo bastante inusual para alguien de su
perfil político: el rebelde. Lo vemos reflejado en su forma de hablar, en sus
publicaciones e incluso en sus acciones, como cuando se pone a cantar.
Sin embargo, aquí radica el problema: entre sus deslices públicos, como sus
declaraciones sobre la venta de órganos o comparar la homosexualidad, con
la zoofilia, y la campaña de desprestigio de la oposición, su arquetipo ha
derivado más hacia el de un "loco" o un "joker".
A pesar de sus esfuerzos por volver al arquetipo rebelde, parece que nada
funciona. Esta discrepancia entre su imagen y sus acciones ha generado una
gran brecha en su marca personal.
Después de todo, nadie que ofrezca promesas tan descabelladas debería adoptar el arquetipo del loco. Milei ha intentado incluso cambiar la percepción, preguntando retóricamente: "¿Cuál es la diferencia entre un loco y un genio?" o destacando su
intelectualidad en diversas entrevistas. Sin embargo, estos intentos no han
surtido el efecto deseado.
En resumen, la segunda clave del marketing de Milei ha sido adoptar el
arquetipo rebelde, algo que ha llamado considerablemente la atención.
Y ¿sabes qué es aún más intrigante? Descubrir el punto número 3.
Capítulo 3: Identificando al Enemigo: La Estrategia de Unión de Milei
Ah, la eterna danza de la rebelión necesita, por supuesto, un antagonista,
¿no es así? ¿Por qué alguien se proclamaría rebelde si no tuviera una causa
por la que luchar o un enemigo al que enfrentarse? Y aquí, mis queridos
bonicos, es donde el marketing de Milei brilla con astucia.
Desde 1951, Argentina ha estado atrapada en la telaraña del bipartidismo:
estás de un lado o del otro, sin mucho margen para los grises. Milei, en un
movimiento tan audaz como estratégico, ha logrado agrupar a toda la
oposición, tradicionalmente fragmentada, bajo un único estandarte: el
enemigo.
Los bautizó como “los mismos de siempre” y “la casta”, simplificando la narrativa política a una elección binaria: ellos o yo. Esta polarización del mensaje es, francamente, una jugada maestra.
Porque, ¿qué hay más efectivo para unir a las personas que un enemigo común?
Este principio es universal, aplicable a todos los aspectos de la vida.
Desde fortalecer lazos de amistad por la antipatía compartida hacia alguien, hasta
superar barreras raciales o de discriminación en un país, no por una súbita
ola de tolerancia, sino por la aparición de un nuevo objetivo de desprecio
común. Incluso algo tan trivial como la eterna disputa entre los usuarios de
Android y Apple se alimenta de este mismo mecanismo.
La creación de un enemigo, acompañada de una narrativa convincente, es
una táctica recurrente en el mundo del marketing.
Y Milei, consciente o inconscientemente, ha sabido ejecutarla con precisión, atrayendo a descontentos de ambos lados del espectro político.
En resumen, Milei no solo creó un enemigo común que le permitió polarizar y
simplificar su mensaje, sino que también se posicionó como el salvador ante
los ojos de aquellos hartos del eterno duopolio político.
Y ahora, prepárate, porque lo que realmente va a capturar tu atención es el
cuarto punto…
Capítulo 4: El Poder de una Marca Personal Iconográfica: El Sello Milei
Ya perdí la cuenta de las veces que he remarcado esto, pero estoy a un paso
de tatuármelo en algún lugar visible para no olvidarlo jamás: una marca
buena marca personal se tiene que poder dibujar. Piénsalo: Hitler, Trump,
Michael Jackson, la Reina Isabel II... Cada uno evoca una imagen clara y
distintiva.
La identidad visual de Milei es, sin exagerar, un caso de estudio por su
excelencia. Se diferencia, resuena con su arquetipo y ha demostrado una
consistencia admirable a lo largo del tiempo. Recuerdo, cuando vivía en
Argentina, cómo me encontraba con pegatinas de Milei aquí y allá. Bastaba
ver ese pelo inconfundible, y ya sabías a quién estabas mirando.
Pero la maestría de su identidad visual no termina en su icónico cabello. Nos
encontramos ante un compendio de elementos cuidadosamente
seleccionados: su estilo de vestir, el color amarillo que resuena con los
ideales del liberalismo económico que defiende, las poses desafiantes y
hasta perturbadoras para sus fotos.
Fue tremendamente astuto al elegir al león como símbolo, un animal que evoca fuerza, liderazgo y un toque de peligro, características con las que claramente desea ser asociado. Y no nos olvidemos de la motosierra, un símbolo "mileinariano" por excelencia que destila una actitud de romper con lo establecido.
Así, Milei no solo ha construido una gran identidad visual; la ha cimentado en
pilares que transmiten exactamente lo que quiere que pensemos de él.
Esta estrategia no solo le da una ventaja en el terreno político, sino que también
crea un vínculo casi instantáneo en la mente de quienes lo ven, colocándolo
en una posición única en el panorama actual.
Y claro, esta identidad visual inigualable viene acompañada de un
componente crucial en nuestro análisis, el que se lleva el número 4:
Capítulo 5: La Voz Rebelde: El Poder de las Palabras de Milei
Bonicos, ya sabéis que el arquetipo de Milei es el rebelde, ¿verdad? (Sí,
Neus, ya lo has dicho) Okay, pues su identidad verbal no se queda atrás.
Milei habla como una verdadera rebelde. Si le has escuchado sabrás
perfectamente a qué me refiero con eso de "hablar como un rebelde".
Su eslogan, ¡viva la libertad, carajo!, no solo es una frase pegajosa, sino que
es un grito de guerra que resuena en los corazones de quienes buscan un
cambio, de quienes están hartos de lo mismo de siempre.
Y no se detiene ahí, porque hasta en sus canciones, deja claro su espíritu
rebelde, como todo un rockero al rugir: "¡Hola a todos, soy el león que rugió
la bestia en medio de la avenida...!"
Así que, bonicos, no nos sorprende en absoluto que Milei no solo tenga una
imagen visual que destaque, sino que también posea una identidad verbal
igual de potente y alineada con su arquetipo rebelde.
Porque, como siempre les digo, en el mundo del marketing, la coherencia entre lo que proyectas y lo que dices es clave para dejar una marca imborrable.
Vamos al siguiente punto.
Capítulo 6: En TikTok, Bailecitos y el Despertar de los Leones con Milei
Bonicos, vamos a hablar de cómo el marketing político ha dado un giro de
360 grados en los últimos años. Dejemos algo claro: la televisión, aunque sigue siendo relevante, ha pasado el testigo a las redes sociales como el campo de batalla donde se ganan las elecciones.
Bolsonaro se lanzó a la piscina con Instagram, Bukele conquistó Twitter, y Milei...
¡Ah, Milei se adueñó de TikTok! Aquí va la diferencia: Bolsonaro se colgó del brazo de los famosos, Bukele jugó las cartas del marketing viral y los directos, pero Milei…
Milei literalmente inundó TikTok con una marea de cuentas y vídeos a su favor.
Y si algo tiene TikTok, es que es caprichoso por naturaleza: el mismo vídeo
puede ser un éxito viral en una cuenta y pasar sin pena ni gloria en otra. Por
eso, diversificar y tener varias cuentas potencia tu marca personal de manera
impresionante.
Esta táctica de saturar las redes con cuentas que te promocionan, la han
usado genios como Llados o Andrew Tate.
Y no, no estoy insinuando que todas todos todas esas cuentas hayan sido
orquestadas directamente por su equipo, pero sin casi todas todas todas.
Así que, en resumen, Milei ha montado una auténtica fiesta en TikTok.
Y ha sido un espectáculo tan grande como el punto número 7. ¡Vamos allá!
Capítulo 7: La Argentinidad: Pasión y fe.
Bonicos, si hay algo que me fascina de la política es cómo algunos logran
encarnar la esencia de su patria.
Esto, en el ajedrez de la política, es jugar con la reina mientras los demás apenas mueven peones.
Piénsenlo: en España, por ejemplo, tuvimos a Pablo Iglesias y ahora a
Ayuso, dos caras de una moneda muy española, amantes de los zascas,
esas frases cortas pero filosas que nos hacen gritar “oooooh lo mató”. Y es
que, bonicos, a los españoles nos encantan esos dardos verbales que
desmontan al oponente con la mínima expresión.
"Los españoles no hablan, disparan", me dijo una vez un amigo en Argentina,
y yo pensé, "y los argentinos no hablan, chamullan”.
Y eso me lleva a: Argentina me enseñó sobre la pasión y la fe de una manera que nunca
olvidaré. De hecho, descubrí la pasión en Argentina.
Viví el mundial de fútbol allá, sin tener ni idea de fuera de juego pero vibrando con cada partido, fue una revelación.
Y la fe, esa convicción inquebrantable, de que hasta que el árbitro no pite,
aun se puede ganar. Desde el fútbol hasta la esperanza en el futuro, incluso
cuando el dólar se dispara mil.
Y aquí es donde Milei brilla con luz propia. Este hombre es la personificación
de la pasión y también de la fe. Les anima a creer en un país que puede
recuperar su gloria pasada, que puede volver a ser grande. Y en un lugar
donde la fe y la pasión es moneda corriente, ese mensaje no solo cala
hondo, sino que arraiga.
Vamos al último punto. Sí, ya se que dije 7 puntos, pero bueno.
Capítulo 8: La Contundencia de Milei: Sin Miedo a las Medidas
Polémicas
Bonicos, si hay algo que distingue el marketing de Javier Milei, es su manera
de reivindicar todas y cada una de sus medidas políticas, incluso aquellas
que dejan un sabor amargo en el paladar, como la eliminación de
subvenciones o la reducción de prestaciones.
¿No os ha parecido curioso en estos últimos años cómo la derecha política
ha evitado tocar el tema de los recortes, como si fuera una olla caliente? Ello
prometen que va a bajar impuestos, pero se olvidaran de mencionar para
que las matemáticas cuadren habrá que quitar de otro lado. ¿Cuándo fue la
última vez que escuchasteis a alguien enorgullecerse de la palabra
“recortes"?
Pues bien, aquí es donde Milei se destaca. Mientras que otros titubean, él
saca la motosierra. Ni tijeras ni hostias, motosierra.
¡Hasta consiguió algo impensable! Reivindicar la frase más amarga que he
escuchado en política como un grito de guerra: "¡No hay plata!”
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