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El Marketing de Nayib Bukele: SU SALVADOR

Foto del escritor: Neus DíezNeus Díez

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Ahora sí, vamos al artículo!


Hoy veremos:



Introducción:

Imagínate a un tipo que rompe el molde.


Ese es Nayib Bukele. Nacido en el Salvador el 24 de julio de 1981, este hombre no

es tu político de siempre. Olvídate de los trajes aburridos y los discursos que te hacen bostezar. Bukele es otro rollo.


Antes de que decidiera cambiar el juego en la política, este chico estaba en el negocio familiar, metiendo manos en todo, desde la publicidad hasta las motos. Pero claro, eso de vender motos y hacer anuncios no era suficiente. Nayib quería más. Quería hacer algo grande. Y vaya si lo hizo.


Arrancó su carrera política como alcalde de Nuevo Cuscatlán. Allí, el hombre empezó a mostrar de qué estaba hecho, mejorando la vida de la gente como quien cambia de camisa.


Pero no se quedó ahí. Saltó a la alcaldía de San Salvador y puso la ciudad patas arriba, en el buen sentido. Innovación por aquí, cambios por allá.


Y entonces, en 2019, la bomba: se lanza para presidente. ¿El resultado? Gana. Y no por poquito. Bukele se convierte en el primer presidente en décadas que no sale de los dos partidos de siempre. Una bocanada de aire fresco, o un huracán, según

a quién preguntes.


Desde que tomó el mando, Nayib ha sido como un torbellino. Para algunos, un héroe que está poniendo a El Salvador en el mapa por las razones correctas. Para otros, un tipo

controvertido más cerca de un tirano. La pregunta es ¿Como lo consiguió? Pues con Marketing. Porque marketing siempre hay.



Punto 1: Las redes sociales: su gran salvador.


¿Qué tal si le echamos un vistazo al impacto de Nayib Bukele en las redes sociales? Pero primero, déjame ponerte al día en menos de un suspiro. ¿Estás listo?


Volamos en el DeLorean directo al '99, cuando Nayib se mete de lleno en el mundo publicitario. ¡Y ojo, que este tipo es un genio del marketing! (Imagina a Bukele soltando un "marketing siempre hay").


Aquí, en estas agencias, es donde empieza a oler a política, manejando campañas para el FMLN y haciendo sus primeros pinitos en ese circo.


¡Avanzamos rápido! 2012, Bukele se convierte en el alcalde de Nuevo Cuscatlán con el FMLN.


Seguimos avanzando hasta el 2015 y… ¡boom! se lleva las elecciones para la alcaldía de San Salvador, la joya de la corona, otra vez con el FMLN.


Pero ¿qué pasa en el 2017? Ahí es donde empiezan los dimes y diretes. Lo expulsan del partido y le caen con acusaciones de subordinación. Pero, espera, ¿qué tiene que ver esto con las redes? Bueno, te lo explico:


Vamos al año 2018. Un año después de que le dieran la patada, nuestro hombre anuncia por Facebook que se lanza a la presidencia. Y aquí viene lo bueno: ese mismo año, funda su

propio partido, Nuevas Ideas. ¿Cómo? ¿Anuncia su candidatura en Facebook? ¡Claro que sí!


En el 2018, Bukele ya tenía más de un millón de seguidores en Facebook y más de medio millón en Twitter. Y si eso no te parece mucho, piensa que El Salvador apenas tiene 6 millones de habitantes.


Y es que desde el 2015, el tipo viene machacando en las redes. Si no, nadie se habría enterado de su candidatura, y mucho menos, anunciada en Facebook. ¿Y qué tal le salió la jugada?


Pues en el 2019 se planta como presidente, acabando con 30 años de bipartidismo. Pero

¿sabes lo que realmente marcó la diferencia en su uso de las redes sociales? Que las utilizo como medio de conversación, no de conversión.


Desde el 2015, hace directos de preguntas y respuestas en Twitter, YouTube, y Facebook, haciéndose el colega de todos. Además, tenía una estrategia que valía oro: respondía a

preguntas sobre política salvadoreña, internacional, ¡y hasta sobre su vida personal! (Obvio, le preguntaron si tenia novia)


Y no contento con eso, utilizaba Twitter para dar órdenes a su gobierno bajo el hashtag #SeLoOrdena , ¡antes de que los periodistas se enteraran!


Y por supuesto, comparte su día a día en redes, no solo política. Gracias a eso envidiamos el amor de Bukele y Gabriela (su mujer) que llevan ya mas de 10 años y se nos cae

la baba con Laia y Aminah.


Así que resumiendo, cuando le dieron el patadón del FMLN en el 2017, las redes sociales le salvaron el pellejo. Con tantos seguidores, no necesitaba ni prensa ni partidos para ser

escuchado. Y ya sabes que punto va después del uno, ¿no?.



Punto 2: Marketing Viral

Si hay algo en lo que Bukele es un auténtico crack, más que en dejar a la gente sin comer ni un arroz, es en el arte del marketing viral. Piénsalo.


El Salvador, ese puntito en el mapa de Centroamérica, no tiene ni el más mínimo recurso que haga girar cabezas a nivel internacional; no es la joya de la corona en la economía

mundial. Entonces, ¿cómo es posible que Bukele se haya convertido en el rey de las portadas a nivel mundial? Eso tiene que hacerte rascar la cabeza, ¿no?


A ver, si Biden se hace popó encima, se queda sopa en una reunión o hace llorar a un bebé, el planeta entero se hace eco porque, claro, "El presidente de Estados Unidos, bla, bla, bla..." Pero, ¿El Salvador? Vamos, hombre.


Vale, vale, Neus, que metió a las maras entre rejas, sí, eso da de qué hablar. Pero, ojo, que Bukele viene robando cámara desde el 2018, mucho antes de las movidas con las maras.


Estoy más que seguro de que todos aquí dimos con Bukele gracias a alguna de sus jugadas maestras de marketing viral. Es que este tío lo borda, pero a otro nivel.


Yo me topé con él en 2019, cuando se proclamó "el presidente más cool del mundo mundial" en su bio de Twitter, todo porque un youtuber dijo que molaba por llevar la gorra al revés. Y no, no fue por una noticia de "¡Bukele acaba con 30 años de bipartidismo en El Salvador!" Ni de coña. No fue gracias a las tonterías de Twitter por lo que lo conocí.


Déjame soltarte algunas de sus virguerías de marketing:


1. En 2019, el hashtag #SeLoOrdena se convirtió en un fenómeno viral después de que lanzara órdenes a su equipo de gobierno vía Twitter. Sí, echó a gente, pero fue para partirse.

2. Ese mismo año, en la ONU, tras saludar, saca su móvil y se hace un selfie que sube al momento a las redes. Eso fue un bombazo viral.

3. En 2020, ante acusaciones de dictador, se pone "el dictador más cool del mundo mundial" en su bio de Twitter. Claro que sí, viral al canto.


Pero también se curró campañas más elaboradas como:

4. Colaboró con Rick Harrison, el de "No sé, Rick, parece falso” para una campaña promocional con la finalidad de traer turismo a El Salvador.

5. Organizó un macroconcierto de Marshmello en El Salvador. ¿Y Eso que tiene de viral? Te estarás preguntando. Lo viral fue que se llevó al dj al despacho presidencial, conversó con él se sacó unas fotitos para la redes.

6. El famoso evento de Bitcoin City. Un el proyecto de paraíso fiscal para las criptomonedas y la tecnología blockchain.

7. Y, por supuesto, hizo virales los vídeos y fotos de las detenciones de las maras. Todo calculado al milímetro.


En resumen, Bukele ha conseguido que el mundo hable de él mediante campañas virales, sin necesidad de que El Salvador sea un gigante económico global.


Pero hay algo todavía más interesante en el punto número tres.



Punto 3: Una buena marca personal, se tiene que poder dibuja:


Esto es clave y lo suelto siempre que puedo, tanto a los clientes como a mis alumnos: si una marca personal esta bien construida, se puede dibujar.


Sí, dibujar. Como esos iconos que con solo ver su silueta ya sabes quién es: Hitler, Trump, Milei, Ibai, la reina Isabel, etc. Personajes que, de un vistazo, ya sabes quiénes son.


Ahora, hablemos de Bukele y sus dos uniformes de batalla, porque este tío sabe lo que hace. Tiene un par de looks que no fallan, y cada uno lo saca a relucir según el plan del día.


Primero, está el Bukele "político 2.0", con su gorra al revés, gafas de sol como si fuese una estrella de rock, sudadera y chaqueta. Ese es el Bukele que se planta delante de su gente, generalmente al aire libre, dando discursos que no parecen discursos, sino más bien un colega charlando contigo.


Y luego, claro, tiene su versión "formal light". Nada de corbatas, pero un un pañuelo azul del color de la bandera de El Salvador, que se lo pone en el bolsillo derecho del traje.


¿Y que le acompaña a un buen branding visual? Exacto, el punto numero cuatro.



Punto 4: Su comunicación verbal.


Vamos a coger la onda de la comunicación en redes, los discursos y los lemas de campaña de Bukele:


1. Redes Sociales:

En Twitter, Bukele es un showman de primera. ¡En el 2019, apenas seis días después de agarrar el cargo, se proclamó "el presidente más guay del planeta"

En el 2021, cuando lo llamaron dictador, cambió su bio a "El dictador de El

Salvador", ¡pero al toque lo rectificó para llamarse "el presidente más guapo y guay del mundo mundial"


Además, no se corta un pelo para debatir y responder, como cuando le tira pullas a Maduro, a las pandillas o a la ONU.


2. Discursos:

Bukele tiene ese estilo directo y lleno de metáforas que te deja pensando. Pero ojo, no es de los que hablan a mil por hora; puede estar desafiando a la ONU, pero lo hace con calma. Mira su speech en la ONU del año 2020. Al principio, te suelta la parte emocional y luego te clava esa parte directa y desafiante con metáforas que te hacen vibrar.


3. Eslogans de Campaña:

Bukele tiene dos eslogans que aún siguen sonando fuerte. Uno es el "el dinero rinde cuando nadie lo roba", que soltó por primera vez en el 2018 y lo sigue tirando en cada proyecto que se le cruza. Hay que entender el contexto de El Salvador: ese

mensaje cala hondo porque había corrupción hasta en la sopa, y las obras públicas ni asomaban.


Y el otro es "no esperen cambios con los mismos de siempre", que te recuerda que El Salvador llevaba 30 años en el mismo jueguito de dos partidos. Bukele llegó y puso fin a eso.


Resumiendo: es un tío divertido, habla claro y cumple lo que promete. Pero lo más importante viene en el número cinco.



Punto 5: El partido no importa, importa él.


A ver, bonicos, vamos a hacer un poco de Trivial político ¿vale? La pregunta del millón: ¿Cómo se llama el partido de Nayib Bukele? Las opciones son:


a) Nuevas Ideas

b) Nosotros Avanzamos

c) Tonterías las Justas.


Si estás ahí sentado pensando, "¿Cuál era...?", tranqui, no teapures. No saberlo es más común de lo que crees, y la culpa es del Marketing.


Después del tango que bailó con el partido que lo mandó a volar, Bukele captó la onda: lo importante es él, no el logo que adorna la papeleta. Por eso, en sus discursos, nunca vas a

oírle soltar perlas como “nosotros en Nuevas Ideas, creemos que...”, “Nuevas Ideas está a favor de...”, “Nuevas Ideas siempre fue un partido que...”. Nada de eso. El hombre va a su

rollo, habla como si fuera el oráculo del pueblo, tomando decisiones por su cuenta, sin contar ni con el perro.


La jugada, mirándolo bien, es maestra. Si estás pensando en hacerte el rey del mambo en las elecciones durante años, pero, oye, igual en algún momento quieres darte un respiro y esperas que tus ideas sigan fluyendo a través de tu partido, pues tienes

que empezar a construir esa marca partidista.


Pero bueno, ¿sabes que marca también la diferencia? Eso es, el punto numero seis.



Punto 6: Guerra contra las maras: La creación de símbolos.

¡Atención, atención! Aquí viene un tema serio, una realidad que muchos ni se imaginan. Las atrocidades que han sufrido los salvadoreños a manos de las maras son de otro nivel.


El Salvador, por años de sufrimiento, se convirtió en el epicentro de ese horror, un SÍMBOLO de las maras. El mero nombre de El Salvador daba escalofríos:


- El Salvador significaba peligro.

- El Salvador significaba maras.

- El Salvador significaba La Mara Salvatrucha y la Mara 18.


Lo único que puede romper un símbolo es… exacto, otro símbolo. Por eso Bukele no le hizo un a guerra a las maras, le hizo una guerra a los símbolos, y para ello, tenía que crear nuevos:


1. Esa cárcel que construyeron para las maras no era cualquier cárcel, no señor. El Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) es "La cárcel más grande de América Latina". Un símbolo en toda regla.


2. Los vídeos de las maras juntas en la cárcel, sentados en el suelo y sin camisa. ¿Te imaginas? ¡Un símbolo de poder!


3. Y qué me dices de esos vídeos donde se burlaban de ellos, quejándose de que no les daban comida, o mostrando cómo se intentan borrar los tatuajes porque tienen miedo de ser capturados. Símbolos claros de que ya no son intocables.


4. Y ni hablar de cuando se pusieron a destrozar las tumbas de sus antiguos compinches o jefes de pandilla. ¡Eso fue el fin de la lealtad!


5. Y para rematar, ¿recuerdas el famoso vídeo de Bukele, echándoles en cara que dejaría de darles comida si seguían con su matanza? ¡Un símbolo de autoridad y determinación!


Todo esto lo lanzaron en las redes sociales bien clarito, mandando un mensaje al mundo: El Salvador ya no es el país de las maras, ahora es el país de la justicia y el orden.


Pasamos al punto número siete: seguir manteniendo el orden. ¡Vamos a por ello!



Punto 7: El enviado de Dios.


¡Oye, pero vamos a ver, ¿tú tienes idea de las desventajas de prolongar el estado de excepción por más de un año? Se supone que eso suspende garantías como la presunción de inocencia, el derecho a la defensa y permite detenciones arbitrarias y encarcelamientos.


Y ni hablar de mandar a la gente descalza, sin camisa, amenazarlos con escasez de

comida, quitarles los colchones...


¡Pues sí, hay quien se queja! No te lo pierdas, la gente tiene cada detalle... Pero, sinceramente, no lo entiendo, pero qué le vamos a hacer, la gente es así, muy quisquillosa.


Y claro, ¿qué haces cuando un montón de gente te tacha de poco ético? ¡Fichas al grande! Al más grande de todos, a Dios. Cuanto más le daban caña a Bukele por sus métodos, más se le iba la lengua hablando de Dios en sus discursos.


Estar en contra de él, es estar en contra de Dios.


El tipo se autodenominaba un instrumento de Dios, ¡hasta lo puso en su bio de Twitter! Cuando presentó a su "ejército" contra las pandillas, lo llamó "el instrumento de Dios".


Cada vez que habla de sus planes para El Salvador, suelta que son los

planes de Dios, que todo es gracias a Dios y porque Dios así lo quiere.


Vale, a lo mejor a ti Dios te trae sin cuidado, pero tienes que entender que en El Salvador más del 85 % de la población es creyente y las asociaciones religiosas tienen mucha fuerza.


Pero lo que más fuerza tiene es el punto número 8. ¿Listos

para seguir adelante? ¡Pues vamos allá!



Punto 8: El enemigo


¿Sabes qué es lo que une a la gente como nada más en este mundo? Un enemigo compartido.


Lo ves en todos los rincones de tu vida. Ese momento en el que tu amistad con alguien se hace más sólida solo porque ambos odian a la misma persona. O cuando un país deja de lado su racismo o discriminación hacia cierto grupo, no porque ya no lo sean, sino porque tienen un nuevo objetivo en su lista de odios.


¿O qué me dices de cuando te vuelves más fan de Android solo porque tienes que defender que es mejor que Apple?


Crear enemigos y una narrativa potente es el ABC del marketing. Y ¿adivina qué? ¿Cuál es el enemigo que ha elegido Bukele? ¿Las maras? No, esas ya están en la cárcel.

¿Los partidos políticos? ¿Qué partidos? ¿Esos aún existen?


Entonces…


Las ONGs. Sí, el enemigo de Bukele son las ONGs. Así que esos tuits que lanzó la ONU criticando el trato a los presos y el estado de excepción en El Salvador, pues a Bukele

le cayeron del cielo. Y no solo eso, ¡le dieron más publicidad

que una botella de Coca-Cola en el Sahara!


La ONU no lo vetó en ningún comité, no le exigieron cumplir ninguna norma para unirse a algún club de gobierno, ni siquiera lo mencionaron en algún lugar importante. Solo fueron unos cuantos artículos y unos tweets, pero le dieron una publicidad

que ni te imaginas.


Y, ¿sabes qué? Si escuchas hablar a Bukele y recriminar a la ONU preguntándoles donde estaban ellos cuando las pandillas mataban a su gente, te enciendes. Después de oírlo, sientes la urgencia de tomar partido, y la mayoría de las veces, la gente

toma el lado de Bukele. Y no solo eso, ¡quieres que tus amigos

también lo hagan!


En resumen, crea un enemigo y una historia digna de contar.


Ver vídeo:



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